Tengo un sueño... bueno, espero que no sea un sueño sino más bien una realidad que tengo que terminar de aterrizar: Quiero ser Fotógrafa.
¿Alguna vez han hecho algo y cuando terminan de hacerlo se dan cuenta que han pasado muchas horas, no han comido, y no se sienten ni hambrientos ni cansados por la adrenalina de hacer lo que más les gusta? Así me siento yo cada vez que tomo fotos.
Me encanta retratar personas, tener esa complicidad con la persona a la que fotografío, dejar que confíen en mí y atrapar un gesto, una sonrisa, un instante de belleza para siempre, me pone la piel chinita de emoción. Creo verdaderamente que no hay nada más hermoso que una cara, toooodas las caras son hermosas, tienen una proporción que las hace interesantes y no he encontrado jamás una cara que no querría retratar.
No había encontrado una actividad (fuera de bailar como loquita) que me hiciera sentir tan feliz y aunque suene un poco cursi... viva.
Y recientemente en un viaje por la carretera se apareció en mi camino un reto muy interesante: encontrar la belleza en ooooootras cosas. Yo siempre creí que los paisajes no eran para mí. La verdad, me parecía un poco soso y aburrido.
Así que cuando se cruzaron unos silos abandonados en la mitad de la carretera, el reto se puso muuuuy interesante...
Y aquí les compartó mis primeros pininos en esto de la foto de paisaje... me gustó, fue un ejercicio bastante diferente para mis ojitos y me dí cuenta de que esto de encontrar belleza en donde sea, así sea en almacenes de semillas en forma de conos (porque la forma ayuda a que no se almacene tanta humedad ;) puede ser algo muy divertido.
Love juice, su fotografa de cabecera =)
D.
