jueves, 6 de enero de 2011

La Flies

¿Les he dicho ya lo adorable que solía ser yo de chiquita?
Noooijo era una cosa tremenda.
De adorable.
Si algún día tengo una hija (calmaos Mamma Mia, calmaos) ojalá logre ser una fracción de lo adorable que era yo de chiquita.
Sobre todo por lo humilde y sensishita. Ya saben.


"Oh, what a cutey" - le decían a mi Mamá.
"Lles, tenkiu" - contestaba mi Má en su entonces incipientes inglis.
"Ooooh and she has pierced ears" - le comentaban a mi santa Madre entre asombro y mas asombro.
"Lles..." - contestaba mi Progenitora... - no sabiendo si era asombro bueno o de ese que dice "cómo pudiste hacerle eso a tu hija ella tan chiquita, mala madre!"
¿Qué a las bebés en Minnesota no les ponen sus aretitos desde que nacen?
Pos en Mexico sip.
Asi somos de salvajes.
Dicen.
Pero bueno, ese es otro cuento.
A lo que iba.

Pues corría el año de milnovecientosmstnmmsmm.
El lugar: una de las ciudades gemelas del norteñísimo estado de Minnesota.
St Paul o Minneapolis, ya no me acuerdo, pero pal caso eran lo mismo.
Mis papacitos adorados y su adorable primera hija - o sease moi - de aproximadamente tres años de edad, nos disponíamos a hacer nuestro peregrinaje de regreso a la tierra que nos vio nacer.
Habíamos habitado esta noble ciudad por unos 2.5 años o algo asi mientras nuestro honorable Patriarca cursaba sus estudios de Maestría en Ingenieria de Alimentos.
Oh! Fueron años hermosos.
Llenos de paisajes otoñales, nieve, jalogüins, grandes producciones en honor a mi cumpleaños, Renassaince Fairs, visitas de la familia, etc.

Cuentan las historias que mi adaptación fue buenísima a estas tierras lejanas.
La Iglesia que solían frecuentar mis papaces ofrecía el servicio de guardería mientras los adultos disfrutaban de la misa.
Nunca lograron dejarme ahi.
Pobres.
Me dejaba mi mamá en los brazos de las expertas cuidadoras y a los 1.5 minutos se escuchaba a lo largo y ancho del plantel religioso:
MAAAAAMAAAAA!!!!MOOOOOMYYYYY!!!!MOOOOOMY!!!!NOOOOO!!!!MAMAAAAAA!!!!!
Pobres.
Ok, creo que mi adaptación no fue tan buena.
¡Pero de que yo era adorable, lo era!

La cuestión es que llegóse el momento de decir adios para siempre a nuestro hogar fuera de Mexique.
Empacose el departamento.
Enviose el menaje de casa (que llegóse incompleto, hay que decir).
Y llegamos al país natal: Mexico Lindo y Queridouuuuu!

- suenan los mariachis -

La comitiva de bienvenida en el aeropuerto fue una grata sorpresa (asegún me acuerdo).
Todos estaban ahi para ver mi adorabilidad.
Ah, y para recibir a mis papás, claro está.

Bajamos del avión.
Yo en brazos de mi abnegada Madre.
Llegamos a donde estaba todo el batallón de familia que nos cargamos.
La expectativa crecía por ver a la sobrina tan mencionada y sus adorabilidades.
Escucharla hablar en inglés!
Y que se acerca el 5º de mis 14 tíos maternos a saludarme y ¿con qué monería le salgo yo?

"Ay! Me molestan las flieeeeees...."

crick crick
crick crick
crick crick

¡Las flies!

¡LAS FLIES!

Eso fue lo primero que se me ocurrió decir al pisar tierra azteca!
¡Me molestan las FLIES!
No no no....

Desde entonces y para siempre, seré "La Flies" para el 5º de mis 14 tíos.
Y treinsjjasmss años después, si, me siguen molestando las flies. 

Cheers!
  La FlieS

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